Reportes de inteligencia, no confirmados por
fuentes oficiales, informan de un sangriento enfrentamiento que se habría producido la
madrugada de este sábado, en casa de uno de los principales dirigentes del cártel de los
hermanos Arellano Félix.
Esos reportes indican –según se dijo a Agencia Fronteriza de Noticias- que en las primeras
horas de ese sábado, “El Cholo” Jorge Briseño y “El Pit”, Pedro Ignacio Zazueta, se habrían
trenzado en un cruento enfrentamiento en el que el primero habría recibido la peor parte.
Por lo revelado a la agencia, se estima que ese enfrentamiento, se registró en la casa de
Briseño, a la entrada de Playas de Tijuana, hasta donde llegó “El Pit”, A2 o “Clave Pedro”, el
cual podría haber herido de muerte a “El Cholo”.
“No se sabe si la orden salió del propio ingeniero, Fernando Sánchez Arellano o algo
ocurrió entre ambos, lo cual ha generado una fuerte confusión y desconcierto hacia el
interior del cártel, considerando que ambos son personajes cercanos y de las confianzas del
dirigente de la organización”, se reveló.
Esto ha provocado que muchos de sus seguidores se mantuvieran aislados durante las
primeras horas de este fin de semana, hasta saber qué fue lo que realmente ocurrió y cual
es la situación del sicario mencionado, el cual, se advierte, padecía una enfermedad terminal.
“No saben sus seguidores qué camino seguir o con qué grupo aliarse, hasta en tanto se
aclare lo que motivó este enfrentamiento”, señalan los mismos reportes. El Pit, es uno de los
sicarios considerados ya “viejos” dentro de la organización, el cual tomó el lugar de Medardo
León Hinojosa, tras la muerte de éste, al caer en helicóptero, durante la carrera Baja Mil, en
tanto que “El Cholo”, además de su peligrosidad advertida por sus seguidores, ha estado
muy cerca del mando del cártel Arellano Félix.
Tanto éste como “El Pit”, fueron los organizadores de la “celada” que se les quiso poner a
“El Teo”, “La Perra” y “El Muletas”, el pasado sábado 26 de abril del año en curso, donde
murieron por lo menos 15 personas, dentro de una de las jornadas más violentas de Tijuana.
Por órdenes de “el ingeniero” se registró este enfrentamiento a tiros, para aplacar a los
sicarios antes mencionados, los cuales dejaron de atender órdenes, “calentando” la plaza
con secuestros cada vez más frecuentes y escandalosos, en esta frontera.
Tras esa balacera, llegó a Tijuana una tensa calma, debido a que las organizaciones que
operan dentro del cártel, se vieron seriamente resquebrajadas, en tanto que sobre varios de
sus dirigentes pesaban –y hoy todavía pesan- sentencias de muerte.
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