El Ministerio de Justicia detuvo y consignó a siete presuntos integrantes de una organización delictiva dedicada al secuestro, tráfico de drogas, armas, robo y asalto en la zona de la frontera sur.
Algunos de los detenidos durante los operativos aseguraron pertenecer a la banda Los Sinaloenses y el resto a un grupo autodenominado Los Zetas, a quienes se les atribuye la ejecución de cinco personas en los últimos meses.
Los operativos de cateo fueron efectuados esta semana en la ranchería Unión Victoria y en cinco domicilios del municipio de Comitán de Domínguez.
Amador Rodríguez Lozano, titular del Ministerio de Justicia, detalló que el centro de operación de los sicarios eran los municipios de Comitán y Las Margaritas.
En conferencia de prensa, el funcionario estatal identificó a los detenidos como Gonzalo Rodríguez Zapata, José Gamaliel Hernández Portillo, John o Johann Zotulio Rodríguez, José Luis Montes García, Manuel Ontiveros Iribe, Alberto Gutiérrez Bañuelos y Niger López Feria.
Agregó que les decomisaron 51 armas, 44 fusiles, cinco pistolas, dos subametralladoras, 161 cargadores para diversas armas y 5 mil 956 cartuchos de diferentes calibres.
Además, 90 granadas, 72 de ellas de 40 milímetros, 16 expansivas y dos de fragmentación, así como diez vehículos, entre los que se encuentran un Ford Fusión, una camioneta Cadillac tipo Escalade y una camioneta Dodge Ram 4000 con doble fondo.
También les incautaron dos tráileres marca Kenwood, un remolque para caballos, dos caballos, un inmueble, 131 bolsas de droga, 300 dólares y 417 mil 481 pesos.
A esta red de sicarios se les adjudica el plagio y asesinato de los ingenieros Miguel Ángel Macías y Raúl Bautista Méndez, que trabajaban en el gobierno del estado.
Los profesionistas fueron confundidos con integrantes de una banda criminal, pero los pistoleros al verse descubiertos los asesinaron y “desaparecieron”, quemándolos en diesel y aceite dentro de un tambo.
Se les involucra también en la ejecución de los centroamericanos Juan Abel Rosales Ocaña y Gerardo Antonio Martínez y en la desaparición del propietario del bar “Las Morenitas” de Comitán de Domínguez, José Ruiz Cevallos.
La violencia en Comitán
El 6 de febrero, un grupo armado arribó al centro nocturno “Babilonia”, ubicado en la zona de tolerancia de Comitán, y levantó a José Ernesto Hernández Osorio, de 35 años e hijo de Flor de María Osorio Espinosa, propietaria del bar.
El 10 de abril, fueron ejecutados Jesús Ramón Morales Valls, de 33 años, y Pablo Raúl Torres Morales, de 34.
El 21 de abril, fue asesinado a tiros el suboficial de la Policía Federal Preventiva (PFP), Salvador Utrilla Añorve, de 39 años y originario de Ometepec, Guerrero.
El 19 de junio, un comando levantó al dueño del bar “Las Morenitas”, José Ruiz Cevallos. Precisamente en esa acción desplegada por los sicarios se utilizó una camioneta Navigator de las mismas características que la presentada hoy.
El 20 de julio, dos grupos de sicarios se enfrentaron en el bulevar La Federación y, aunque no hubo muertos, sobre la avenida se observaron decenas de casquillos percutidos y sangre de uno o más heridos que fueron llevados por sus compañeros.
El 21 de julio, fue ejecutado a tiros el sinaloense Manuel Figueroa Trejo, de 30 años. Sus dos acompañantes, Abraham Figueroa Montoya, de 21 años, y Álvaro Acosta González, de 28, resultaron heridos.
El 24 de julio, un comando intentó levantar al fiscal regional Zona III Fronteriza, Bulmaro Acuña Nuricumbo, quien eludió a sus perseguidores gracias a la intervención de policías estatales.
Apenas el 6 de agosto un comando se hizo presente en el bar “El Embajador” y ejecutó a tiros al administrador Juan Rosales García, originario de Nicaragua. Ahí mismo fue baleado el mesero Gerardo Antonio Martínez, de nacionalidad guatemalteca.
El 20 de agosto, fue levantado Ladislao de León Domínguez, dueño de la cadena de tiendas “Súper 24”, quien al siguiente día escapó de sus captores que lo habían recluido en un rancho.
El 25 de este mes fueron levantadas tres personas en el restaurante “La Marthita”, a la salida de Comitán rumbo a San Cristóbal. Nunca se supo la identidad de las víctimas. En el lugar quedó abandonado un auto BMW negro con placas de Miami, Florida.
El miércoles pasado, un comando, a bordo de dos camionetas, atacó a tiros a los ocupantes de un Tsuru blanco con vidrios polarizados y sin placas. Los ocupantes del auto compacto fueron confundidos con miembros de algún cártel del narcotráfico, pero en realidad se trataba de una agrupación campesina, la Organización Proletaria Emiliano Zapata (OPEZ).
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