Las ejecuciones de policías de todas las corporaciones en la República Mexicana ocurren todos los días, a todas las horas, en todos los estados.
“Tenemos en lo que va de la administración (del Presidente Felipe Calderón) 4 mil 152 ejecuciones, de las cuales yo te diría que alrededor de 450 son policías o elementos del Ejército Mexicano y de la Armada de México, o fiscales, ministerios públicos”, declaró recientemente el Procurador General de la República, Eduardo Medina Mora, en la Ciudad de México.
En ejecuciones de policías son tres estados los que lideran la estadística de muertes en los primeros siete meses de 2008:
* Chihuahua con 80 casos de uniformados asesinados.
* Sinaloa con 61 expedientes.
* Y Baja California con 24 policías ejecutados este año.
Policías municipales: Los más afectados
2008 empezó delatando una vez a policías municipales de Tijuana implicados en narcotráfico. Al menos así lo indicaron las investigaciones al interior de la corporación municipal:
Era 29 de diciembre de 2007 cuando presuntamente por órdenes del jefe delegacional en Centenario, Jesús Alberto Rodríguez Meraz, un grupo de guardias encabezados por Saúl Ovalle Guerrero alias “El Soldado”, habrían robado una tonelada de marihuana a narcotraficantes.
Según funcionarios de la municipal, el cargamento fue vendido inmediatamente. Los agentes habrían cobrado por ese concepto alrededor de 35 mil dólares. Rodríguez Meraz fue privado de la libertad y los matones no tardaron en eliminarlo al igual que a Ovalle Guerrero.
Sus cuerpos aparecieron ejecutados el 3 de enero en las periferias de Rosarito. Tanto la Policía Estatal como Municipal revelaron una red de complicidad al interior de la corporación tijuanense.
El día 14 de enero fue el inicio de una serie de ejecuciones de policías de distintas corporaciones. Por la tarde de ese día tuvo lugar un asalto a un camión de valores en la zona centro de Tijuana. Al lugar de los hechos llegaron policías municipales quienes fueron recibidos a balazos por los asaltantes. Al perseguirlos por la Vía Rápida Poniente, un “asaltante” quedó abatido a tiros. Primero fue dado a conocer con un nombre falso: Miguel Ángel Reyes Rodríguez alias “El Archie”. Pero al siguiente día resultó ser el policía municipal en activo Julio César González.
Cinco horas después del robo frustrado, el jefe de distrito de La Mesa, José de Jesús Arias Rico, fue acribillado en compañía de su escolta y subjefe, Helbert Escobedo Várguez.
Aún faltaba: La siguiente ejecución ocurrió alrededor de las 04:25 de la mañana de martes 15. Era Margarito Saldaña Rivera, Jefe de la Delegación Los Pinos. En la balacera resultaron muertos tres civiles, familiares del policía.
Al siguiente día de la balacera en la casa de la cúpula, donde se encontraron seis personas ejecutadas con el tiro de gracia, murió Miguel Cedillo, policía federal preventivo en Tijuana. El deceso ocurrió el 18 de enero luego del enfrentamiento.
En febrero ocurrieron dos ejecuciones: El día 11 el policía municipal Luis Arturo Sánchez Herrera y luego el día 23, en la colonia Mariano Matamoros Norte, el agente ministerial Víctor González Loyola cayó muerto luego de recibir un balazo en el pecho.
Durante el mes de marzo, los protagonistas volvieron a ser otra vez policías municipales: Primero Alejandro Rivera y luego Francisco Javier Orozco de Anda, ejecutados el 14 y 21 de ese mes, respectivamente. En cuanto al primero, éste fue emboscado al filo de la media noche, por un grupo de seis hombres encapuchados, con cascos y dotados de armas de alto calibre, quienes hicieron un ademán para que pararan
y sin más comenzaron a lanzar ráfagas de balas, según informó el INM.
Orozco de Anda fue asesinado en la entrada de la delegación Centenario, diez horas después de haber participado en la detención de dos ladrones de cajeros automáticos. En abril los policías municipales serían nuevamente protagonistas junto a un ex policía estatal preventivo, ministeriales y federales preventivos.
Abril cruento
Las ejecuciones llegaron a su punto máximo en el cuarto mes. Primero el ex agente de la Policía Estatal Preventiva (PEP), Raymundo Morales, fue asesinado el 6 de abril por sicarios del crimen organizado. Morales había sido dado de baja de la PEP por no aprobar los exámenes de confianza.
Ese mismo día también fue ejecutado el afi Andrés Pineda Pérez. El agente había sido levantado 24 horas antes. Con huellas de tortura, el cuerpo fue encontrado en la Colonia Buena Vista con su credencial todavía en el pecho lo que facilitó su identificación.
Después, el turno sería para el policía ministerial José María Santiesteban Torres de Mexicali. Acribillado, Santiesteban tenía 21 años en la corporación. Su esposa también trabaja en la Procuraduría.
Víctor Solís Gutiérrez, policía auxiliar, murió al recibir un disparo en la cabeza mientras trataba de impedir un asalto en una casa de cambio del centro comercial Swap Meet mejor conocido como Mercado de Todos.
Los agentes de la Policía Federal Preventiva nuevamente fueron los protagonistas. Ocurrió en Tecate. Manuel Alejandro Arellano Figueroa, Guillermo Cuahtle Hernández y José Ignacio Vadilla Jasso primero fueron levantados en un hotel donde pernoctaban el día 16 de abril pues recientemente habían sido comisionados en esa zona. Los levantados fueron encontrados la madrugada del jueves 17 en el fraccionamiento Puertas del Sol, entre la carretera Tijuana-Tecate. Estaban esposados, pies atados, y el rostro cubierto con vendas y bolsas de plástico. El sello del crimen organizado incluía huellas de tortura. Fueron ejecutados con rifles Ak-47, mejor conocidos como “cuernos de chivo”.
Otra balacera que los tijuanenses recuerdan fue la del sábado 26 de abril en el bulevar Insurgentes. Producto de aquel enfrentamiento resultaron muertas quince personas, entre las cuales se encontraba el policía municipal Sergio Leonardo Jiménez Domínguez.
Las últimas ejecuciones
Ciertamente los meses con más ejecuciones fueron enero y abril, con siete y ocho, respectivamente. De mayo a agosto ocurrieron cinco ejecuciones:
Luis Humberto Moreno Rodríguez se convirtió en el policía ejecutado número 20 del año. El gendarme municipal fue ejecutado el 20 de mayo. Al siguiente mes otro municipal: Gustavo Salaz Reyes, el 8 de junio. Esta última ejecución ocurrió en un bar ubicado en el bulevar Díaz Ordaz alrededor de las 5.35 pm.
En el bar “Siete de Copas” vieron morir al municipal luego que unas personas entraron y después de hacerse de palabras, Salaz Reyes salió con la peor parte: Casquillos percutidos de calibre 9 milímetros y calibre .40 fueron las pruebas de la ejecución.
Mexicali nuevamente fue el escenario de ejecuciones: En julio 26 los afi’s Gerardo Antonio Méndez Reyes y Javier Gerardo Duran Treviño fueron ejecutados en un conocido restaurante de comida china muy cerca de la propia PGJE.
Junto a una tercera persona, los afi’s fueron interceptados cuando subían a una camioneta Chevrolet, Tahoe, negra, 2007. Más de 60 disparos quedaron impactados en el vehículo.
Fuentes extraoficiales indicaron que la intención de los gatilleros era ejecutar al Comandante de la Agencia Federal de Investigaciones en la capital bajacaliforniana, Carlos Cedano Filipini, quien no se encontraba a bordo del vehículo pero que una semana después fue detenido en Los Ángeles, California, por asociación delictuosa.
La última ejecución ocurrió el sábado 9 de agosto. El policía ministerial José Valderrama Carrasco fue encontrado encobijado sobre el bulevar Terán de la delegación La Presa. El sello del crimen organizado fue descubierto por un “narcomensaje”:
“esto les va a pasar a los que trabajen con Mario Zambada”.
Sin embargo, declaraciones emitidas por familiares de un taxista que fue asesinado en el mismo hecho delictivo, aseguraron que el agente y el operador de transporte público habían sido atacados por un asunto ligado al tráfico de migrantes, actividad en la que se habían inmiscuido.
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