El jet con matrícula N987SA sólo realizó vuelos clandestinos. Primero para la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos y posteriormente para el narcotraficante Joaquín El Chapo Guzmán.
La vida útil de la aeronave terminó en septiembre de 2007 cuando se estrelló cerca de Mérida, con cuatro toneladas de cocaína pertenecientes al cártel liderado por el narcotraficante, fugitivo desde 2001.
Documentos de EU y del Parlamento Europeo, refieren que ese avión voló varias ocasiones a Guantánamo, Cuba, presuntamente para trasladar a sospechosos de terrorismo.
El jet Grumman Gulfstream II privado aparece en los registros de vuelo de la Organización Europea de Seguridad de la Aeronavegación como parte de la investigación del Parlamento Europeo sobre “la presunta utilización de países por la CIA en el transporte y detención ilegal de presos”, que derivó en dos reportes de 2005 y 2006.
Por su parte, en las bitácoras de vuelo de la Administración Federal Aeronáutica (FAA) de EU está registrado que la aeronave realizó recorridos entre territorio estadounidense y Guantánamo, donde se ubica un campo de detención militar para prisioneros supuestamente vinculados al grupo terrorista Al-Qaeda.
Actualmente tanto la Procuraduría General de la República como la agencia antidrogas estadounidense (DEA) investigan de qué forma el jet ingresó a México cargado de cocaína.
Documentos de la FAA ubican como uno de los últimos dueños a la empresa Donna Blue Aircraft, cuya dirección en Florida resultó ser una oficina vacía.
Fotografías del jet N987SA lo situaban en instalaciones de la compañía Boeing, en Sea-ttle, 20 días antes de su desplome en Yucatán. Para esa fecha la propiedad se adjudicaba a la empresa S/A Holdings, de la cual prácticamente no hay datos.
Estados Unidos dio de baja la aeronave hasta febrero de 2008 —cinco meses después del accidente—, debido a que fue “exportada” a México.
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