jueves, 4 de septiembre de 2008

GOLPE A LOS BELTRÁN


La primera línea del escudo de seguridad personal de Arturo Beltrán Leyva cayó durante un operativo que se prolongó por siete horas en un barrio residencial de clase media de esta ciudad.

Se trata del autodenominado grupo “Los Halcones”, que es integrado por individuos que proceden del municipio de El Fuerte, de la sierra de Chóix y de comunidades costeras como Batamote, El Cubilete, Guasave y de Los Mochis.

Los detenidos fueron identificados por la Procuraduría General de la República como Luis Enrique Ayala Ruiz, de 23 años, Marco Antonio Rosas López, de 29 años, Francisco Javier Soriana Sierra, de 27, Luis Enrique Lugo Cortés, de 23, y Leonardo López Cerecer, de 27.

Hasta ahora, el número de detenidos es impreciso pues mientras en el lugar fueron vistos por este semanario al menos siete personas, las autoridades solo identificaron a cinco de ellos.

Todos fueron capturados cuando se refugiaban en una casa de seguridad de dos plantas ubicada en la calle Benjamín Hill número 1065 poniente, en el fraccionamiento Scally y cuya ventana frontal acusaba al menos 15 balazos de grueso calibre.

En el lugar, las fuerzas federales del operativo Culiacán-Navolato, que se extendió hasta esta ciudad, decomisaron cuatro rifles AK-47, “cuerno de chivo”, cinco cargadores para esos rifles, una escopeta semiautomática calibre 12, dos cargadores para pistolas 9 milímetros, cinco para pistolas 38 súper y un cargador de disco para escopeta 12. También aseguraron una camioneta Ford Lobo doble cabina, blanca, modelo 2008, blindada, con placas TV-14682 de Sinaloa y una Jeep Liberty modelo 2008, sin placas y con permiso provisional para circular sin placas A-27914 expedido a favor de Hernán Millán Romero, quien vive en El Cubilete, Guasave.

El domicilio es propiedad de Lilia Beatriz Araya Valdez, y quien previamente la había adquirido en poco más de un millón 109 mil pesos, pero que hace más de un año había rentado a otras personas. Los nuevos habitantes la habían ocupado tres meses antes y habían colocado una mallasombra que pintaron de negro para dificultar la visibilidad hacia el interior.

La casa de seguridad se ubica a unos 150 metros aproximadamente de la sede de la Policía Ministerial del Estado y a unos 300 metros de las oficinas de la Secretaría de Protección Ciudadana. Ninguno de esos elementos se apersonó en el lugar para apoyar el operativo.

En otro allanamiento que se realizó en la casa contigua al número 630 de la calle Ignacio Manuel Altamirano, los federales incautaron una camioneta Ford, 150, de color negra con placas TX-80765 de Sinaloa.

La residencia, que es de nueva construcción, estaba deshabitada y no se realizaron detenciones.

El operativo Culiacán-Navolato cateó también una vivienda en otro fraccionamiento pero no hubo resultados.

Incongruencias

Hasta ahora, el inicio del operativo es impreciso, pues boletines oficiales señalan que fue producto de una llamada anónima que alertaba disparos y de desmanes en la casa cateada, pero en el lugar algunos federales indicaron que fue producto de la persecución de una de las camionetas blancas que pasó sin detenerse por un punto de observación que previamente habían instalado en uno de los cruceros de la ciudad, pero otros dijeron que era consecuencia de las investigaciones que se enderezaron a raíz de la matanza de federales en el centro y sur del estado.

De acuerdo con la versión oficial, los federales llegaron a la casa entre las 06:20 y 06:40 horas del jueves 28 de agosto y fueron recibidos a balazos. Estos contestaron la agresión y perforaron una de las tres ventanas frontales del segundo nivel.

Así, los ocupantes que se habían replegado salieron por una ventana lateral y huyeron hacia los patios de las viviendas vecinas. Los federales rodearon el sector y lograron atrapar a sujetos que se ocultaban en casas de las calles Río San Lorenzo y Río Évora, que son laterales a la Benjamín Hill.

Dos de ellos fueron golpeados a puñetazos y a puntapiés en la acera y frente a la casa, por federales que les gritaban en el rostro ¡te gusta matar federales, cabrón!, ¡matas federales, ¿no?! Posteriormente fueron conducidos al porche de la vivienda en donde fueron colocados boca abajo en el piso.

Una vez sometidos los sujetos, en el lugar se realizaron detonaciones tanto de ráfagas como de tiro a tiro hasta las 07:40 horas, aproximadamente. Luego, uno a uno, los capturados fueron introducidos a la vivienda para ser interrogados.

Golpes y gritos de dolor se escucharon hasta la calle hasta que uno de ellos, el más robusto, fue sacado y subido a una camioneta. Éste guio al grupo hasta otras casas de seguridad, pero no hubo resultados.

Los agentes federales regresaron a la casa baleada en donde permanecieron por más de cinco horas.

Durante la movilización de los detenidos, los federales disfrazaron con uniformes de la Policía Federal al menos a dos de ellos, los cuales fueron sacados de la casa en movimientos especiales realizados previas advertencias hacia reporteros que cubrían el caso para que se retiraran del lugar, con el pretexto de que era peligroso estar ahí.

Durante el cordón de los capturados, estos dos sujetos no fueron vistos ya. Incluso, a uno de ellos que se cree le apodan el Puma, los federales le dieron a tomar unas pastillas desconocidas.

La zona de la casa de seguridad fue acordonada por el Ejército ya que uno de los detenidos alardeó que sus compañeros de banda los rescatarían.

Por la tarde, a los domicilios cateados arribaron peritos y personal de la Subprocuraduría de Investigaciones Especializadas en Delincuencia Organizada (Siedo) y aseguraron los domicilios y los vehículos.

Por la tarde-noche, los detenidos fueron abordados a un avión DC-9 y llevados a un sitio desconocido.

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