viernes, 4 de julio de 2008

La matrícula universitaria del narco

Como estudiantes, padrinos de generación y benefactores de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS) aparecen desde hace más de dos décadas los apellidos Caro, Quintero, Arellano, Payán, Félix, Gallardo, Zambada, Lizárraga, Esparragoza, Beltrán, Leyva o Guzmán.
En los salones de la universidad, algunos líderes de los cárteles mexicanos en la década de los 80 estudiaron las licenciaturas en Finanzas, Contaduría, Derecho y Administración, entre otras.
Desde hace una década, una nueva y nutrida generación de narcotraficantes o narcojuniors, como los denomina la Procuraduría General de la República en informes, incrementaron su asistencia en las aulas universitarias del país para obtener especialidades en Química, Administración, Informática, Lenguas, Ciencias de la Salud y Finanzas.


Édgar Guzmán López —hijo de Joaquín El Chapo Guzmán—, quien fue ejecutado la tarde del 8 de mayo en Sinaloa, es el caso más recientemente documentado por las autoridades judiciales.
Antes de ingresar a la UAS, Édgar Guzmán terminó la preparatoria en el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, donde obtuvo un promedio de 8.20.
Hasta hace poco más de un mes, el joven estudiaba el cuarto semestre de la licenciatura en Administración de Empresas, señala un reporte académico que lo ubica como un estudiante de bueno a regular y que para el cuarto semestre no reportaba calificaciones.
En los dos primeros semestres obtuvo 9 en Introducción al Estudio de la Administración y la Administración de Negocios; logró ochos en Computación I y II; Comprensión y Producción de Textos I y II; Derecho de los Negocios; Inglés de los Negocios, y Estrategias de Aprendizaje. En cambio, en Contabilidad Básica y Financiera reporta 7.
Para el tercer semestre, de las siete materias que inscribió, sólo en dos obtuvo resultado: matemáticas financieras: 5; y 7 en comprensión y producción de textos III. El resto de las materias aparecen con la leyenda “NP”, que significa no presentó.

Hasta antes de mayo, el estudiante de Administración se confundía en los pasillos de la Facultad de Contaduría y Administración con los otros más de 7 mil 300 jóvenes que a diario acuden a esa dependencia, puesto que la UAS tiene matriculados más de 115 mil alumnos.
Dentro de las 17 mociones administrativas que se reportan en la facultad donde Édgar Guzmán cursaba estudios, no hay ninguno que refiera que el joven estaba involucrado en malas conductas o llamadas de atención.
Entre los archivos judiciales también hay referencias sobre la graduación de las hijas de El Mayo Zambada en la misma institución. Datos de la PGR refieren también que en la familia Arellano Félix hay grados académicos de universidades públicas y privadas, entre ellas la de Sinaloa. Al igual que familiares de Juan de Jesús Esparragoza, quienes complementaron sus estudios en Suiza y Canadá.
Luis Astorga, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México, ha documentado que los descendientes de los narcotraficantes o narcojuniors se han alejado de vestimentas fastuosas estereotipo de esos grupos: “A ellos ahora se les ve vestidos a la moda, elegantes, con una profesión”. Se suman así a los 830 mil jóvenes de entre 12 y 29 años de edad que viven en la entidad.

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