Los secuestradores de la capital de Baja California llegaron desde Tijuana. El cabecilla delinquió para “El Buda”, “El Teo” y dio “trabajo” a sobrinos de “El Cholo”, y luego de una orden de aprehensión se reintegró a la municipal de Tijuana. La justicia lo ha tenido en dos ocasiones frente a sí, pero sigue secuestrando.
La única liga real de los secuestradores detenidos en Mexicali y el cártel Arellano Félix, es que el cabecilla de la banda es un ex policía municipal de Tijuana que sirvió a Manuel Diez Castillo “El Buda” y a Teodoro García Simental “El Teo”.
Además, policías informaron de acuerdo a sus investigaciones, que dos sobrinos de Jorge Briceño “El Cholo”, laboraban con la banda de plagiarios.
Prófugo, el ex agente municipal Juan Diego Alcaraz Muciño, fue identificado por detenidos y autoridades como el líder de los once secuestradores capturados en la capital entre el 15 y el 16 de julio. Le apodan “Israel Ibarra”, “El Yeyo” y “El Polo”.
Fuera de información extraoficial que ubica a Alcaraz Muciño al servicio del CAF en el pasado, no hay más que la presunción de los detenidos para presentarse como “del CAF” cuando intentaron cobrar el rescate y cuando bajo ese argumento, exigieron ser liberados.
De acuerdo a información en investigaciones policíacas en el estado, al desintegrar el líder del cártel Arellano Félix la célula de Teodoro García Simental después de la balacera del 26 de abril, Alcaraz Muciño se quedó sin padrinazgo gansteril pero siguió delinquiendo.
Sus secuaces detenidos informaron que “El Yeyo” reportaba económicamente sus actividades delictivas a un sicario de apodo “Señor Octavio” o “El R”, quien a su vez “trabaja para el señor” (uno de los aprehendidos declaró que se trata de “El Ingeniero”), pero ninguno mencionó a Fernando o Francisco Arellano Félix.
Se supo además que cuando exigieron el rescate, los secuestradores se presentaron como del CAF y advirtieron a los mediadores que la privación de la libertad había sido “por un baje” de droga que el “levantado” les había hecho.
Explicaron en actas:
Que presuntamente “Los Yeyos” solicitaron “permiso” para continuar secuestrando en Tijuana y les fue negado bajo el argumento de que esta actividad delictiva estaba reservada para Armando Villarreal “El Gordo” e Ignacio Zazueta “El Pit”.
Entonces para continuar con sus actividades ilícitas pidieron y les fue concedido realizar secuestros en Mexicali y Ensenada, donde de hecho y según investigaciones estatales, tendrían a un empresario privado de la libertad.
Siguen prófugos
A pesar del operativo implementado de manera inmediata y conjunta por diversas autoridades para captura al “Yeyo” en el hotel donde tenía un mes hospedándose, éste recibió la filtración y a la llegada de los agentes sólo encontraron ropa del delincuente, de su mujer y un porta-bebé en el que llevaran al hijo de ambos.
De acuerdo a investigaciones policíacas Diego Alcaraz no sería el único prófugo de esa banda que se dedica al secuestro y el asesinato. Por lo menos continúan en libertad otros tres hombres:
Ernesto Grajeda Melgoza alias “El Negro”, “Fidel” o “Moreno”, de complexión delgada, 1.80 metros de estatura, moreno oscuro. Quien tendría bajo su mando a un grupo de por lo menos ocho personas, algunos de ellos ex ministeriales. La investigación indica que la relación de este hombre con el CAF es Jorge Briceño “El Cholo”. Carlos Javier, alias “El Javo”, descrito como de veinte años, estatura 1.70 metros, moreno y robusto, quien estaría comandando un grupo similar de plagiarios.
“El Chiricua”, “El Chiquito” o “El Sairus”, un hombre a quien identifican entre los 25 y los 26 años, de tez morena, complexión gruesa, 1.80 metros de estatura, cabello negro, chino, corto y barba de candado.
La misma indagatoria oficial que señala a estos prófugos, menciona la presunta participación en el grupo de los ex oficiales municipales de Rosarito, Carlos y Mario Herrera, hoy prófugos, acusados de participar en el atentado cometido en contra del secretario de seguridad Municipal de Rosarito Jorge Montero Álvarez.
Modus operandi
Información revelada, indica que Diego Alcaraz Muciño “El Yeyo” había llegado a Mexicali desde mediados del mes de junio. Fecha en que fue informado por agentes deshonestos que su banda había sido detectada como la autora de varios secuestros y homicidios. Además le informaron que la autoridad estatal estaba preparando un operativo para detenerlos.
Eso no lo detuvo, a través de su hermano, Javier Alcaraz, y de David Guzmán, su amigo y mano derecha, empezó a “contratar” a personas en Tijuana, Mexicali, Tecate y Rosarito para continuar con el secuestro. Explican que él mismo seleccionó las casas de seguridad.
Para los programar los plagios, recibían una llamada de celular y eran citados en lugares públicos como las carreras de carros en Primo Tapia, el crucero de la 5 y 10 o restaurantes.
Mientras secuestraban en Mexicali o Ensenada, en Tijuana tenían la función de hacer las negociaciones y “ajustar cuentas”, asesinar a sus víctimas y abandonar los cadáveres en la carretera Tijuana-Rosarito o enterrarlos en la zona del Cerro Colorado. De paso, los secuestradores de Alcaraz Muciño le entraron a la venta de droga al menudeo. El ex policía de Tijuana se diversificó.
Los operativos criminales eran realizados en una camioneta Astro blanca, un Volkswagen, Beetle, un Malibu blanco, otro verde y un Datsun color blanco, estos últimos de modelos viejos. Incluso los equiparon con estrobos y sirenas.
Los colaboradores de la banda de secuestradores “Los Yeyos” recibían entre 400 y 700 dólares el día que cometían el delito, y de 70 mil a 100 mil pesos cuando recibieran el pago del rescate.
A la fecha de su detención habían privado a la libertad a hombres, mujeres y niños.
Tras investigar brevemente la rutina de sus víctimas llegaban encapuchados diciendo que eran agentes federales y estaban en el lugar como parte de una denuncia o como combate a algún delito, cuando tenían sometida a la víctima le preguntaban y lo revisaban en búsqueda de un chip que la persona pudo haberse colocado bajo la piel para ser localizado en caso de ser privado de la libertad.
Posteriormente, la víctima era llevada a un domicilio cerca del lugar en el que había sido plagiada, una casa de renta en Mexicali, con puerta de garaje y algo de privacidad. Parte del grupo regresaba a Tijuana desde, donde un hombre, al parecer Javier Alcaraz, hacía la petición del dinero.
Los secuestros
Minutos después del mediodía del lunes 14 de julio, tres sujetos llegaron hasta el Yonque Lomelí, ubicado a espaldas de la plaza Nuevo Mexicali, al Oriente de la ciudad y en una zona muy transitada. De entrada solicitaron información de unas partes y fueron atendidos por el dueño. Justo ahí mostraron armas y a la fuerza se llevaron a Alberto Ceseña Lomelí.
Se trataba del segundo secuestro en Mexicali en menos de una semana. El jueves anterior un grupo criminal llegó hasta el negocio de Raúl Crispín Sierra González en la colonia Rivera Campestre –al sur de Mexicali, en la salida a San Felipe– y lo plagiaron. Hasta el momento no hay más datos sobre el comerciante cachanilla.
La noche del mismo lunes 14, las autoridades recibieron una llamada al teléfono de emergencia 066 delatando movimientos extraños en una residencia del fraccionamiento Hacienda del Río, ubicado precisamente a espaldas de la Plaza Nuevo Mexicali.
Se implementó un operativo y llegaron hasta el número 3140 de la calle Río Americano donde detuvieron a cinco hombres y una joven mujer. En una de las recámaras localizaron al comerciante que había sido secuestrado apenas horas antes y por quien –según la versión oficial– habían pedido tres millones de dólares.
Ahí se detuvo a Israel González Morales, Fernanda Medina Esparza, David Guzmán Olguín, Jesús Oswaldo Rascón Ochoa, Iván Alejandro Marentes y José Efraín López Espinoza. También les decomisaron tres rifles R-15, dos escuadras .45 y una pistola 9 milímetros que tenían escondidas en una vitrina en la cocina de la casa.
La segunda detención
No tenían más de 24 horas detenidos los primeros cinco secuestradores, cuando la madrugada del miércoles 16, tres sujetos a bordo de una Suburban color arena con vidrios polarizados y placas de California, fue ubicada en una gasolinera en el bulevard Lázaro Cárdenas.
Ahí viajaban Antonio Cordero Fray, Héctor Ignacio Vargas e Iván Domínguez Cárdenas, este último policía municipal de Tijuana.
Su presencia despertó la sospecha de los agentes de la policía municipal –alertados por una llamada al C4– quienes después de interrogarlos, los trasladaron hasta la Comandancia. Desde ahí dieron parte al grupo Anti-secuestros de la Procuraduría Estatal, y se supone que el comerciante secuestrado y recién liberado, identificó entre los nuevos detenidos a uno de sus captores.
Hasta la comandancia llegaron dos hombres con la intención de pagar la multa y lograr la libertad de los últimos aprehendidos. Se trataba de Ismael Velazco, un ex militar proveniente de Veracruz, y Luis Daniel Aguilar. Ambos fueron detenidos.
De acuerdo a la versión aportada por las autoridades, todo este grupo estaría relacionado con los recientes secuestros de los empresarios Eduardo Malo y Jorge Cervantes López, éste último propietario de la carnicería “Superchivas”.
Investigaciones en la Procuraduría determinan que esta célula de secuestradores tiene similitudes en su forma de actuar con la que plagió a los dos hombres de negocios: En el secuestro en el mes abril del empresario Eduardo Malo quien fue confinado a una casa de seguridad en una zona muy cercana a su oficina, y en el reciente caso en Mexicali, donde al comerciante de partes usadas lo levantaron en su negocio y lo recluyeron en una casa a unas cuantas cuadras.
Impunidad al crimen
La detención de los secuestradores en Mexicali develó una serie de irregularidades en la impartición y procuración de justicia en Baja California:
1.- A Diego Alcaraz, el hoy señalado como líder de la célula de secuestradores al servicio del CAF, un Juez Local le giró el 7 de agosto de 1996, una orden de aprehensión por los delitos de secuestro y homicidio.
El 4 de abril de 2008, agentes ministeriales lo detuvieron para hacer efectiva la orden de aprehensión y fue ingresado en el Centro de Readaptación Social (CERESO) de La Mesa en Tijuana, de donde fue liberado el 6 de abril, una vez que en el Juzgado Quinto consideraron que no había elementos suficientes para retenerlo.
En el inter, entre la orden de aprehensión girada en el 96 y la detención en abril de 2008, Diego Alcaraz se integró en 2005 a las filas de la Policía Municipal de Tijuana, y hoy permanece prófugo por el delito de secuestro.
2.- El inmueble en el que fueron detenidos los primeros secuestradores la noche del martes, ubicado en el número 3140 de la calle Río Americano, es la casa donde el 30 de mayo la Policía Estatal Preventiva (PEP) localizó 212 paquetes de mariguana y decomisaron un rifle AK-47, cartuchos y equipo para empaquetar la droga. Ahí fue detenida Damaris Escárrega Elizalde, de 23 años de edad, quien logró libertad al reconocer que la droga pertenecía a su esposo, que se había dado a la fuga.
Ulises Méndez, Director de Seguridad Publica en Mexicali, explicó que nunca recibieron oficio para custodiar la casa donde habían encontrado la droga y luego prácticamente dos meses después a los secuestradores.
El inmueble de dos pisos aparece en la Dirección de Catastro Municipal a nombre de Hermelinda Padilla de la Vega. De acuerdo a investigación oficial, la propiedad fue contratada por un hombre al que apodan “El Licenciado” y apoya las labores del CAF en la capital bajacaliforniana.
3.- Se capturaron a dos policías municipales de Tijuana: Jesús Oswaldo Rascón Ochoa y Óscar Iván Rodríguez Cárdenas, uno gozando de vacaciones y el otro con permiso médico.
Ninguno de los dos elementos aparece en la lista de policías a suspender dentro de la limpia en la Municipal de Tijuana, a pesar que sus compañeros señalaron indicios de comportamiento irregular.
“Ochoa es hijo de una policía de muchos años que fue identificada como elemento corrupto desde el XVII cuando fue retirada como delegada policiaca en La Presa, pero no la pudieron sacar porque su esposo era juez municipal”.
Pero no sólo policías municipales fueron capturados. Ismael Velazco Méndez es ex militar. Tenía dos meses viviendo en Baja California.
6 comentarios:
el teo es mi primo y es bien camarada. yo lo apoyo att. el berny de guasave.
oye berny de casualkidad el teo era primo de Efrain Lizarrga Felix de el dorado no sabes tu algo de eso
al efra lo mataron en la balacera del cañaveral
el yeyo es un pendejo muerto de hambre k nunca fue nada. Era un pinche mandadero mugroso k siempre se creía y siempre andava de mangera
tenias que ser de guasavee pinchee batoo mangueraa
tssz viejo si hubieras conocido al yeyo ya no estuvieras vivo pinche hocicon
I
I
V
EL CAF sigue alfrente mas inteligente y mas poderoso la estructura es imposible romper con traidores como el teo y el muletas y las otra ratas y el chapo y zambada queriendo meterse a tijuana baja california desde 2002 y no han podido y nunca podran se lo puedo asegurar EL CARTEL DE TIJUANA sigue mandando de todo baja asta estados unidos y saludos a SAN SIEGO CALIFORNIA este mensaje se los manda su amigo EL TB por ordenes del INGIENERO Y LA JEFA
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