sábado, 7 de febrero de 2009

Las nenas buchonas: el narco con cara de mujer

El narcotráfico es una realidad en los estados mexicanos. Tener un novio que se dedica al crimen organizado es "normal" y hasta cierto punto glamoroso, pero el peligro siempre está latente.
Ahora, cada vez más se escucha de mujeres involucradas en el crimen organizado, ya sea por ligas sentimentales o simples negocios.

Las nenas buchonas

Laura Elena Zúñiga, quien fuera Miss Sinaloa y que el viernes fue liberada tras 40 días de arraigo; Zulema Yulia Hernández; Emma Coronel; y aunque en otro país, Liliana Lozano, son ejemplo de las nenas buchonas, como popularmente se les conoce.

"Es peligroso involucrarse con esa gente, un riesgo para cualquier niña bonita", dice Juan Manuel Alvarado, director de una agencia de modelos de Culiacán, la capital de Sinaloa al diario El Mundo de España. "Yo nunca les dejo ir a eventos privados, a ranchos o dar sus números de teléfono. No quito la vista de encima".

Los especialistas ven un cambio de actitud en los sicarios de ahora, con los de antaño. Otrora, los códigos se respetaban: no asesinaban a las mujeres, ni a los hijos de los rivales. Ahora, es común que los matones acribillen a menores, ancianos y féminas.

Sonajas y balas

Apenas en este mes, murieron dos niños en ataques entre grupos rivales del crimen organizado. Uno ocurrió en Durango, cuando tres personas murieron, entre ellas un niño de tres años, al ser atacadas por un grupo armado que lanzó una granada contra una vivienda en el municipio de Vicente Guerrero, informó la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE).

El otro caso sucedió cuando un comando emboscó a una familia con cuatro menores cuando viajaban a bordo de su vehículo sobre un camino vecinal que conduce a la comunidad La Herradura. Durante la acción el hijo menor resultó herido de bala en el rostro.

Y como estos dos casos el año pasado se vivieron muchos más.

También las mujeres pueden

El caso de las nenas buchonas que resultan muertas por los negocios de sus novios, lo resumió Ricardo Ravelo, reportero especialista en el tema como "venganzas, ajustes de cuentas... Una manera de golpear al rival es matar a la mujer que más ama", ante el diario español antes citado.

Por ejemplo, la ejecución de una mujer, presunta novia del jefe de sicarios del cártel de Sinaloa, Teodoro García Simental, El Teo, pudo haber desatado la ola de asesinatos en Tijuana, que dejó un saldo de 37 muertos, entre ellos tres niños y cinco policías locales, confirmó el procurador de Justicia de Baja California, Rommel Moreno en diciembre pasado.

La misma suerte corrió Zulema Yulia Hernández, quien captó la atención de Joaquín El Chapo Guzmán en los 90. Una vez libre, Hernández trabajó para la banda de Guzmán.

También las mujeres pueden, dice un corrido de los Tigres del Norte.

En diciembre fue asesinada y su cadáver abandonado en un automóvil cerca de la Ciudad de México. Sus verdugos la marcaron con la 'Z', el símbolo de Los Zetas, sicarios del cártel del Golfo rival del de Sinaloa, en los senos, el estómago y los glúteos.

"Antes había códigos, la familia era respetada. El año pasado vimos muchas más mujeres muertas", revela el editor de un periódico de Culiacán que prefiere no revelar su identidad.

Los narconiños

Los sicarios de hoy son cada vez más jóvenes, las reglas de antes les son ajenas. Sin embargo, la visión de Florencio Posadas Segura, miembro del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), sobre este fenómeno delictivo, no es tan simplista. Se trata, explica, del reflejo de la degradación social que se vive a partir de que los jóvenes son atraídos por el poder y el dinero fácil que genera el narcotráfico.

La policía de San Diego dio a conocer recientemente un reporte difundido en medios locales de aquella ciudad estadounidense sobre la violencia en Tijuana y, al alertar a sus ciudadanos acerca de la ola de inseguridad, precisaba que los jóvenes killers que protagonizan la mayoría de los incidentes con armas de fuego son más "arrojados e inexpertos" que los que hubo en esta ciudad durante la década de los años 90, los llamados narcojuniors.

Quizá esto explique el alto índice de veinteañeros en los homicidios dolosos cometidos durante los últimos meses.

Autoridades de la Secretaría de Seguridad Pública y la Procuraduría estatal atribuyen a El Tres Letras, como se le conoce a Simental, la llegada de jóvenes pistoleros provenientes de otras partes del país.

Todos los días se reciben noticias de jóvenes acribillados en las calles de Sinaloa y Chihuahua.
En Sinaloa un 72% de la comisión de delitos que van del robo, asalto bancario, secuestro, homicidios, portación de armas y tráfico de drogas, están protagonizados por jóvenes que van de 18 a 29 años de edad.

Carlos Báez Montes, director de los Programas Preventivos de la Secretaría de Seguridad Pública, indicó que dado que esta directriz va al alza se desarrollan acciones tendientes a desalentar la incursión de adolescentes y jóvenes en las diversas actividades delictivas.
Si los muchachos se involucran en el negocio de las drogas, sus novia y parientes también. Sobre todo, ante el desempleo y la migración.

El dinero fácil les llega a balas, un día compran una camioneta de lujo, ponen narcocorridos a todo volumen y al otro, simplemente aparecen en la nota roja de los periódicos en el mismo vehículo.

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