Un grupo de ocho sujetos armados ingresó al Centro de Readaptación Social (Cereso) de Torreón, donde ejecutaron y prendieron fuego a tres internos acusados de secuestro y homicidio del empresario regiomontano Rodolfo Javier Alanís Appelbaum y liberaron a otros nueve reos acusados por delitos contra la salud y delincuencia organizada.
A través de un comunicado de prensa, la Procuraduría General de Justicia en el Estado (PGJE) y la Secretaría de Gobierno informaron que antes de la medianoche del lunes, los sujetos vestidos de negro y con pasamontañas llegaron a bordo de una camioneta tipo Van; luego de amagar a los custodios, ingresaron por la aduana principal del penal y atravesaron varios filtros hasta dar con los presuntos homicidas de Alanís Appelbaum, en el área de indiciados.
Sin que ninguna autoridad se los impidiera, condujeron a sus víctimas al baño de visitas, donde los golpearon con objetos contundentes y tras rociarlos con gasolina les prendieron fuego.
En el lugar quedaron sin vida Ubaldo Gómez Fuentes La Uva, de 32 años de edad, de quien se presume era militar en activo del 33 Batallón de Infantería; Carlos Osvaldo Navarro Valdez, El Niñote, de 30 años, y Carlos Ernesto Palacios Quintero, de 29 años, a quienes unas horas antes un juez les había girado orden de aprehensión por secuestro y homicidio, luego de permanecer arraigados en el hotel California desde el 5 de enero pasado.
Activan Código Rojo
En el mismo comunicado, se precisa que el grupo se dio tiempo para ingresar al módulo 35, de donde sustrajeron a nueve reos del orden federal y los subieron a la camioneta, para huir.
Los evadidos son: Abelardo Gómez Favela, Ismael Rodríguez Martínez, Benjamín Reyes Espinoza, Jesús Saucedo, Gerardo Rangel, Juan Carlos Saldaña Flores, Roberto Ornelas Dávila, Jesús Antonio Salazar Salazar y Sebastián López.
Minutos después, informaron, se activó el Código Rojo, al reportarse que se había suscitado una fuga de presos.
Como resultado de los hechos, quedaron a disposición del Ministerio Público 25 custodios, un suboficial y el director del Cereso, César Sánchez, para deslindar responsabilidades.
Mientras tanto, la delegación de la Procuraduría General de la República de Coahuila inició la averiguación previa AP/PGR/Coahuila/Tor/AG//11/76/2009 en contra de quienes resulten responsables de la comisión de los delitos de delincuencia organizada y violación a la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos en la Modalidad de Posesión de Armas de Uso Exclusivo del Ejercito.
Secuestro fallido
De acuerdo con declaraciones que en su momento hizo el subprocurador Ministerial de la PGJE en Torreón, Domingo González Favela, los tres reos ayer incinerados, fueron detenidos el 5 de enero, junto con María de Jesús Guerra Díaz La Doctora, integrante del grupo que dio muerte a Alanís Apellbaum, y quien actualmente se encuentra detenida en el área femenil del Cereso de Torreón.
En su consultorio, Guerra Díaz era la operadora logística de la banda de secuestradores, pues aprovechaba su oficio como odontóloga para elegir a las víctimas. Su tarea era de “enlace social”.
Se sabe que, como en algunos otros casos, su amistad con la familia del empresario regio fue vital para llevar a cabo el secuestro el 9 de noviembre del año pasado, en su domicilio ubicado en la cerrada San Melquiades número 629 de la colonia Fuentes, del sur de Torreón.
Al forcejear con la víctima, uno de los plagiarios le disparó en la pierna, por lo que la dejaron desangrándose dentro de la cajuela de un automóvil Volkswagen tipo Bora.
Al percatarse de que el empresario había muerto, decidieron trasladarlo al Cerro Bola, en la carretera Matamoros-Mazatlán, tramo Paila-La Cuchilla, en donde el teniente Gómez Fuentes prendió fuego al cuerpo.
Los plagiarios quedaron al descubierto al intentar cobrar 5 millones de pesos para liberar al industrial nuevoleonés, a quien ya habían asesinado.
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