Al menos ocho de los 11 hombres ejecutados la semana pasada en varios puntos de la ciudad de Monterrey, Nuevo León, pertenecían al Ejército mexicano, y fueron atacados, o "levantados", por separado y en circunstancias diferentes, señalaron fuentes militares y de la PGR que investigan el caso.
Consultadas sobre estos hechos, las fuentes militares indicaron que esta noche la dependencia ampliará la información detallando los nombres de los ejecutados y las armas a las que pertenecían.
La Sedena fijará su postura oficial e indicará también parte del detalle sobre las circunstancias en que fueron privados de la vida.
Respecto a los otros tres cuerpos que aparecieron esta tarde en Monterrey también ejecutados con arma blanca, las fuentes consultadas dijeron que se desconocía hasta el momento si se trataba también de personal del Ejército o de civiles.
Entre el pasado 15 y el 20 de octubre, los cuerpos de once personas fueron encontrados en diversos puntos de la capital del estado, asesinados mediante decapitación.
Desde el principio se sostuvo que los once ejecutados eran militares.
Otra de las versiones manejadas en torno a estas ejecuciones señala que ex kaibiles del Ejército guatemalteco que trabajan para el cártel del Golfo serían los responsables de las muertes.
Una versión más indica que posiblemente los asesinos son policías ministeriales o municipales de Apodaca y Salinas Victoria, quienes por órdenes de operadores del narco han contraatacado en represalia por los aseguramientos de armas, drogas, dinero y documentos efectuados en la entidad en las últimas semanas.
Al respecto, el gobernador de Nuevo León, Natividad González Parás, dijo que era una cobardía atacar a los militares cuando estaban de civiles y disfrutando de sus días francos.
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