Al anochecer del 23 de septiembre pasado, una informante del grupo de mujeres que trabaja para Los Zetas, identificadas con la clave Cisnes, vio cuando el locutor de la estación de radio EXXA, Alejandro Zenón Fonseca Estrada, colocaba mantas con leyendas contra el delito de secuestro.
De inmediato, la mujer le comunicó al jefe de la plaza sobre esa propaganda. Eso bastó para que éste ordenara a un sicario que ejecutara al conductor del programa matutino El Padrino Fonseca.
Fonseca había instalado sobre el crucero de las dos principales avenidas de esta capital, Paseo Tabasco y Adolfo Ruiz Cortines, en el corazón de Tabasco 2000, tres grandes mantas con frases de rechazo a la ola de plagios en el estado. Megáfono en mano, invitaba al público a pronunciarse contra ese delito.
Allí estaba el comunicador, cuando el pistolero llegó hasta el concurrido lugar para cumplir la orden. El homicida, casi a quemarropa. le disparó un tiro en el abdomen que horas más tarde segó la vida a Fonseca.
Un mes y 14 días después, este homicidio fue “esclarecido y resuelto”, con trabajo de investigación e inteligencia desarrollado conjuntamente por autoridades estatales, federales y militares, destacó el subprocurador de Investigaciones de la Procuraduría General de Justicia (PGJT), Alex Álvarez Gutiérrez.
Para el gobernador, Andrés Granier Melo, esto fue un logro “importantísimo”, pues la mayoría de los casos de homicidios de periodistas quedan impunes, sobre todo cuando es a manos del crimen organizado, sostiene.
Un solo móvil
El móvil del homicidio contra El Padrino Fonseca fue por expresarse en contra de la ola de secuestros que realiza el crimen organizado, señaló el subprocurador de Investigaciones.
Aunque tienen identificado al autor intelectual, por la secrecía del caso se lo reserva. También cuentan con los datos de los tres cómplices que iban con el autor material.
Al inicio de la indagatoria, la PGJ sólo contaba con el retrato hablado del homicida y videos de cámaras de seguridad instaladas en el crucero por el C-4.
Junto con la captura de tres grupos distintos de delincuentes, en tres operativos en diferentes lugares y fechas, pero concatenados, las autoridades lograron esclarecer y detener al asesino material, a la Cisne y a otro informante —los conocen como Halcones— que vigilaba a distancia el lugar del crimen, presos los tres por delincuencia organizada.
La noche del martes pasado, el sicario y homicida del comunicador, Ricardo López Ortiz y/o Fernando Sandoval Martínez, alias El Richar o El Pitufo, encarcelado en el reclusorio local, fue traslado al de Nayarit, junto con otros siete reos, como medida de seguridad luego de encabezar el motín del lunes, donde resultaron 14 lesionados con armas.
Paso a paso
Aunque la aprehensión de El Pitufo se efectuó durante la persecución de un grupo de secuestradores, fue después cuando la autoridad ministerial logró conocer que se trataba de la persona que mató al comunicador.
La PGJT empezó a obtener las pistas de identificación del pistolero, a partir de la aprehensión, el 22 de octubre, de Patricia Pizaña Alvarado o Nicole Aguilera Díaz, alias La Chanchufla, identificada como el Cisne que alertó de la actividad de El Padrino.
La Chanchufla, de 18 años y originaria de Matamoros, Tamaulipas, junto con Roberto Sánchez Guzmán, fueron atrapados en la colonia Magisterial, cuando escapaban a bordo de un vehículo sin placas, tras realizar un robo con violencia y el frustrado secuestro de una señora que salía de un banco, según la averiguación correspondiente.
La PGJT pasó a los inculpados a la SIEDO, en donde actualmente se les instruye el procedimiento correspondiente en calidad de arraigados por los delitos de delincuencia organizada y contra la salud.
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