Elementos del Ejército descubrieron en la sierra que divide a Michoacán y Jalisco un rancho que había sido habilitado para la producción de drogas sintéticas en grandes cantidades, en lo que representa uno de los mayores golpes al narcotráfico en la entidad.
El lugar contaba con una capacidad instalada para operar un total de 11 reactores químicos, algunos incluso con capacidad de hasta mil litros, considerados por el Ejército de los de mayor dimensión que se hayan encontrado en territorio michoacano.
También hallaron 92 tambos de hasta 200 litros cada uno, y al menos una decena de éstos llenos de un polvo blanco que sirve de base para la elaboración de la droga conocida como "cristal".
De acuerdo con personal de la 21 Zona Militar, este químico ya podría ser comercializado para el consumo, significando ganancias millonarias para los narcotraficantes.
Todas las áreas que anteriormente funcionaban como dormitorios, criadero de aves y ganado, estaban habilitadas como almacén y laboratorio para el procesamiento del narcótico.
El lugar fue ubicado en una zona de difícil acceso, en la sierra que divide a Michoacán y Jalisco, perteneciente al Municipio de Tocumbo.
La energía eléctrica se abastecía por medio de dos plantas generadoras de electricidad que los narcotraficantes lograron arrastrar hasta este sitio, en tanto que el agua la surtían presuntamente por medio de una pipa que suministraba a una cisterna de 5 mil litros de capacidad.
El narcorrancho contaba con matraces para la mezcla de químicos de hasta 50 litros de capacidad, equipo de respiración para que el personal pudiera soportar los gases que el lugar despedía; quemadores alimentados por medio de alrededor de 15 tanques de gas de 30 litros de capacidad.
De acuerdo con reportes militares, los narcotraficantes instalaron este laboratorio en el lugar conocido como Las Higuerillas y colocaron controles de acceso con alambre de púas y tablones en diferentes puntos de la sierra.
La milicia no reportó la detención de personas, quienes presuntamente tuvieron el tiempo suficiente para percatarse de la presencia de las Fuerzas Armadas para escapar.
Todas las instalaciones fueron incendiadas por los soldados, después que personal del Ministerio Público de la Federación realizara un inventario e iniciara la integración de la averiguación previa penal.
Entre los productos inventariados destacan máscaras de material plástico, tanques de oxígeno, 70 cajas de papel aluminio y decenas de costales con sosa cáustica, estos últimos dos productos utilizados como base para la elaboración del "cristal".
El convoy militar, que salió desde la ciudad de Morelia para encabezar el operativo, empleó seis horas en el traslado, tres y media por carretera y el resto en brecha.
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