lunes, 9 de noviembre de 2009

Distingue violencia a 'Jefe de Jefes'

Sergio Villarreal Barragán, "El Grande", operador de los Beltrán Leyva en el DF y Morelos, no tolera que en sus territorios bajo control trabajen delincuentes dedicados a giros como el robo y asalto, de acuerdo con averiguaciones previas de la PGR.

En los dos últimos meses casi 40 personas han sido ejecutadas en Morelos, Guerrero y el DF, plazas atribuidas a los Beltrán, y varias de las víctimas fueron encontradas con recados firmados por "El Jefe de Jefes", que advierten que eran "traicioneros, rateros y secuestradores".

Algunas autoridades federales y locales sospechan que varias de estas muertes pudieron ser ordenadas por Beltrán Leyva.

Sobre "El Grande", la SIEDO cuenta con testimonios de algunos de sus ex colaboradores y testigos protegidos que lo describen más como un ejecutor que como un negociador, pues persigue y elimina con una voluntad implacable a sus presas.

El testigo protegido "Mario", uno de sus ex sicarios, relata en la averiguación PGR/SIEDO/UEIDCS/008/2007, que antes de llegar a Morelos y el DF, "El Grande" eliminó a varios ladrones en La Laguna, porque de forma innecesaria le "calentaban la plaza" y atraían la atención de autoridades.

"'El Grande' mató a Carlos Gavira, a su abogado y a su hermana, ésto porque Gavira era una persona que se dedicaba a asaltar establecimientos comerciales, y como tenía familiares en el noreste del país, Villarreal creía que pertenecía al grupo de 'Los Zetas'.

"Además, según la visión de Villarreal, con las actividades de los robos se 'calentaba' la plaza de Gómez Palacio", dijo el testigo.

Para deshacerse de este asaltante, "El Grande" primero habló con Antonio Tagle Gutiérrez, entonces comandante del Grupo de Apoyo Táctico de la Policía de Gómez Palacio, para que le sembrara unas grapas de cocaína a Gavira y lo entregara a la PGR como un narcomenudista.

Pero de acuerdo con el testigo protegido, Gavira acreditó ser adicto al alcaloide y obtuvo su libertad. Fue allí cuando "El Grande" envió a su discípulo más avesado, el pistolero Claro Burciaga "El Claro".

"Cuando Gavira salió de la agencia del Ministerio Público, junto con su abogado Élfego Rodríguez Galarza, a bordo del vehículo Dodge, tipo Cirrus, y atrás de ellos su hermana Perla Karina Gavira, Claro Burciaga, junto con otro sicario, dispararon contra los dos primeros nombrados y los mataron", relató "Mario".

"El Claro" luego secuestró a Perla Karina y la llevó a una casa de la ciudad de Lerdo, donde la torturaron y mataron. Al día siguiente tiraron su cuerpo en Matamoros, Coahuila.

El capo Arturo Beltrán Leyva "El Barbas" se fijó en "El Grande", iniciado como traficante de cocaína en la frontera con Guatemala, porque en el 2006 empleó estos métodos para hacerse del control del narco en La Laguna, en menos de un año.

Con un estilo similar al de "Los Zetas", de asaltar plazas mediante el terror y el ataque a mandos policiacos, "limpió" a toda su competencia.

"'El Grande', estaba tomando el poder de la ciudad (Gómez Palacio), se encargó de investigar a las personas que vendían droga fuera de la organización, a quienes llamaba 'Chapulines'; por ello, dio con una persona de mote 'El Cácher', quien vendía droga en grandes cantidades, dado que tenía contactos en la PGR.

"Empero, el propio Villarreal, junto con Claro Burciaga y Arturo Gorena, se encargaron de secuestrarlo, junto con un acompañante, a quien después liberaron; sin embargo, a 'El Cácher', después de torturarlo, el propio Villarreal lo ejecutó de un tiro en la cabeza.

"Villarreal llamaba a diversas personas que se dedicaban a comercializar con estupefacientes en Gómez Palacio, y les dijo que tenían que comprarle a él cocaína, a 13 mil dólares el kilo. Una vez implementada la logística, se repartían cerca de 37 kilos en las tienditas", contó "Mario" el 15 de enero de 2007.